Justin Bieber llamaba la atención en la playa de Venice, la tarde del viernes 6 de Enero.
Él iba caminando con una máscara dorada sobre su rostro en su intento por pasar desapercibido.
Acompañado por su padre y su mejor amigo, los tres jugaron baloncesto, antes de parar en una tienda de tatuajes para un poco de tinta fresca. Justin se hizo un tatuaje de Jesucristo en la pantorrilla, mientras que su padre escogió un diseño de flores tropicales en su brazo izquierdo.
Este chico cada vez es mas tonto.
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